Cineracula

Pongo aquí una versión resumida en latín de un conocido cuento infantil, con ilustración de mi nieta Juanita. Escribirlo fue un difícil ejercicio que decidí hacer después de la satisfacción que obtuve con mi anterior cuento, Cucullula Rubra. Aquí va.
 
 
CINERACULA
Brevis versio latina et translatio in vernacula lingua
 
A. Bernal
 

Pulchra puella omnibus mitis in remoto regno habitabat. Cum nocerca crudeli et immani vivebat quapropter miserrima santiebatur. Coqua erat et tabulatum fricabat et vestes stragulosque lavabat et cineres camini escipiebat. Operta cinerum manebat quapropter Cineracula appelabatur. Nocerca duas filias aeque crudeles et immanes habebat et pulchritudinem et caeruleos oculos et flavam comam Cineraculae invidiantes.

 

Dies quidam Rex edictum jussit vocans ad convivio omnes virgines regni filii sui uxorem eligendi. Nocerca et suas filias exsultaverunt et confestim inceperunt ad convivium parari. Cotidie invicem capillos componebant et frustra cotidie discolores vestes induebant. Cum interea cineracula tristis erat quia unum tamtum vestem opertam cinerum habebat.

 

Dies advento exultantes et coloratissimae mater filiasque in raeda profecti sunt dum per fenestram Cineracula observabat. Tristis in stramine postea recumbuit et penitus flevit. Subito cubiculum collustratum est et domina refulgente albo vestito aparuit dicens: De quo lacrimas pulchra Cineracula.

 

Territa, quis es tu, puella quaesivit. Et respondit domina: tua fata pronuba sum, dilectissima puella. Portandi te venio comvivium regis. Et ait Cineracula non vestem nec calceos habere. Fata manum sustulit statimque Cineraculae vestitum mutatum est a perlucida et quasi vento caerulea sicut coelo tenua veste.

 

Tum fata Cineraculam poposcit ad fenestram appropincuare, confestim manum sustulit statimque cucurbita hortis mutata est a argenteam fulgidam raedam, cuniculos a equos quatuor albos et alacres, mures a elegantes famulos et felix a raedarius cum manicas lorumque.

 

Iam juxta raedam Cineracula ne calceos habere animadvertit tum Fata manum sustulit et pruella calceata est crystalinis calceis. Ante profectam Fata eam monuit magia media mocte finiretur.

 

Cum Cineracula scalas regiae ascendit invitati omnes conticuere. Quae est prínceps illa et ex quo regno venit? Tan Formosa et splendens erat ne nocerca nec filias quidem agnoverunt. Illecto heres princeps accipiendo eam adiit. Cineracula Somnium vivebat et principem oblectabat. Juxta ipsum accumbuit et par eius fuit in saltatio prima.

 

In meliore epuli campanae mediae noctis sonuerunt et Cineracula admonitionem Fatae meminit. Statim regiam sine valedicere decessit et cum prínceps regia exiit e conspectu raeda abdierat. Tum princeps in via crystalinum calceum vidit et animadvertit Cineraculae esse. Eum perdidit citissime exeunte eumque in via deseruit. Princeps jussit arcessere dominam calcei et legatos adiverunt omnes virgines regni. Crystalinum calceum omnes experiebantur sed mullus pes eum aptabat. Cum apud nocercam venerunt filiae frusta experti sunt. Tum legatus quaevisit ne relinqua virgo ilbi habitaret et ait nocerca: tantummodo ancillam. Legatus tum inquit omnes virgines regni experturae calceum et ancillam mox apportare jussit.

 

Cineracula experta est crystalinum calceum et tam bene aptaret ut omnes scierunt eum domina esse. Puella praeterea alterum calceum ostendit ac nocerca filiasque non possunt adducere Cineracula prínceps convivii fuisset.

 

De te dies noctesque cogitans ait prínceps videns puellan. Ambrosiam comam mulsit et longe et passionate Cineracula osculata est. Numptiae universo regno nuntiatae sunt et convivium due milia conviviorum parati est. Cineracula a nocerca filiasque nolens vindicare, praesertim eas invitavit. Omnes felices eran et Cineracula pulchritudinem, prudentiam et sinceritatem mirabant.

 

Post nunptiae in suntuosa regia habitaverunt et liberos multos genuerunt. Et felices viverunt et perdices ederunt.

 

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De Cineracula questiones

* Media nocte arribata cur non crystalini calcei evanuerunt?

 

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CENICIENTA

Versión latina resumida y traducción al castellano

A. Bernal

 

Una hermosa niña, dulce con todo el mundo, habitaba en un lejano reino. Vivía con una madrastra cruel y despiadada por lo cual se sentía muy misarable. Era la cocinera, fragaba los pisos, lababa los vestidos y la ropa y limpiaba las cenizas de la chimenea. Se mantenía cubierta de ceniza por lo cual la llamaban Cenicienta. La madrastra tenía dos hijas igualmente crueles y despiadadas, que envidiaban la belleza y los ojos azules y la cabellera rubia de Cenicienta.

 

Un día el rey difundió un edicto por el que invitaba a un banquete a todas las mujeres casaderas del reino, con el fin de escoger esposa para su hijo. La madrastra y sus hijas estaban felices e inmediatamente empezaron a prepararse para el banquete. Todos los días se arreglaban mutuamente los cabellos y todos los días se probaban sin éxito vestidos de colores. Mientras tanto, Cenicienta estaba triste porque no tenía sino un vestido cubierto de cenizas.

 

Llegado el día, la madre y las hijas, animadísimas y muy pintarrajeadas, salieron en una carroza, en tanto que Cenicienta las miraba por una ventana. Muy triste, se recostó en su camastro y lloró desconsolada. De repente la estancia se iluminó y apareció una mujer con vestido blanco que le dijo: "¿Por qué lloras, linda Cenicienta?".

 

Aterrada, la niña le preguntó: "¿Quién eres?". Y la mujer le respondió: "Soy tu Hada Madrina, querida niña, y vengo a llevarte al banquete del rey". Cenicienta le dijo entonces: "No tengo vestido ni zapatos". El hada levantó la mano y al instante los harapos de Cenicienta se convirtieron en un tenue vestido, vaporoso como el viento y azul como el cielo.

 

Luego el Hada le dijo a Cenicienta que se acercara a la ventana, entonces levantó la mano y, al instante, una calabaza del huerto se convirtió en una refulgente carroza plateada, los conejos se transformaron en cuatro caballos blancos y briosos, los ratones en sirvientes elegantes y el gato en un cochero de guantes y fusta. 

 

Ya al pie de la carroza, Cenicienta se dio cuenta de que no tenía zapatos. Entonces el hada levantó la mano y la niña quedó calzada con dos zapatillas de cristal. Antes de que partiera, el hada le advirtió que la magia terminaría a la media noche.

 

Cuando Cenicienta subió las escalas del palacio real, todos los invitados callaron. ¿Quién es esa pricesa y de qué reino viene? Estaba tan hermosa y esplendente, que ni siquiera la madrastra y sus hijas la reconocieron. El príncipe heredero, atraído por ella, salió a recibirla. Cenicienta vivía un sueño y deleitaba al príncipe. Se sentó a la mesa junto a él y fue su pareja en el baile inaugural.

 

En lo mejor del banquete sonaron las campanas de media noche y Cenicienta se acordó de la advertencia del hada. Inmediatemente salió del palacio sin despedirse y cuando el príncipe salió también del palacio, la carroza ya se había perdido de vista. Entonces el príncipe vio un zapato de cristal en la vía y comprendió que era de Cenicienta. Lo perdió al salir tan de prisa y lo dejó abandonado en la vía. Entonces el prícipe ordenó que le trajeran a la dueña de ese zapato y los delegados empezaron a visitar a todas las mujeres solteras del reino. Todas se probaban el zapato pero no ajustaba en ningún pie. Cuando vinieron a casa de la madrastra, las hijas probaron inútilmente. Entonces el delegado preguntó si no había allí ninguna otra mujer soltera y la madrastra le respondió que sólo la criada. El legado le recordó que todas las solteras debían probarse el zapato y ordenó que trajeran inmediatamente a la criada.

 

Cenicienta se probó el zapato de cristal y le ajustó tan bien, que todos supieron que ella era su dueña. La niña mostró entoces el otro zapato y la madrastra y sus hijas no podían creer que Cenicienta hubiera sido la princesa del banquete. 

 

Cuando el príncipe vio a Cenicienta le dijo: "He pensado en tí día y noche". Acarició su cabellera dorada y le dio a Cenicienta un beso largo y apasionado. La boda se anunció por todo el reino y se preparó un banquete para dos mil invitados. Cenicienta, que no quería vengarse de la madrastra y sus hijas, las invitó muy especialmente. Todos estaban felices y admiraban la belleza, la prudencia y la sinceridad de Cenicienta.

 

Después de la boda vivieron en un suntuoso palacio y tuvieron muchos hijos. Y vivieron felices y comieron perdices.

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Preguntas acerca de Cenicienta

* Llegada la media noche, ¿por qué no desaparecieron los zapatos de cristal?