Adiós Saturno

Publicado en La Vanguardia el 4 de agosto de 2013

 

El planeta Saturno es el cuerpo celeste más esplendido que se puede observar en el cielo nocturno. Si no nos maravilla como debería, es porque nos hemos acostumbrado a las imágenes policromadas del Internet, tomadas por los grandes telescopios o por las naves espaciales que llegan hasta sus contornos y nos envían las fotografías por radio. Pero imaginemos lo que debieron sentir en el siglo XVII Galileo y los demás pioneros que lo observaron por primera vez con sus telescopios. ¿Qué pensarían de aquel sistema de anillos pegados de la nada, flotando en el espacio, unos hombres que no conocían todavía la Ley de la Gravitación Universal? Para ellos no tenía sentido porque, ¿de qué se aferran? Tan trascendental era el cuestionamiento, que durante 45 años se negaron a interpretar correctamente lo que sus telescopios mostraban con toda nitidez, como lo demuestran algunos de los dibujos hechos en la época. Prefirieron dar interpretaciones más terrenales que, aunque hoy nos parecen caricaturescas, entonces tenían más sentido porque le daban a esas misteriosas protuberancias un sitio físico del cual soportarse. "Saturno es un planeta con orejas", llegó a decir uno de los mejores observadores de ese tiempo. Hoy sabemos que no necesitan estar pegados de nada porque el equilibrio gravitatorio los mantiene en su sitio, como un cinturón que rodea al planeta sin tocarlo y le da a Saturno ese aspecto de lámina de libro, único en el Universo.

Pues bien, la temporada de observación de este astro excepcional toca a su fin en este año 2013 porque el planeta se oculta cada vez más pronto y en unas pocas semanas ya no podremos verlo. Entonces hay que desempolvar esos telescopios que están hace tanto tiempo guardados en los trasteros, o llamar al amigo que tiene un equipo y lo mantiene en activo, o visitar un centro astronómico que haga observaciones para el público, como el Observatorio Fabra de Barcelona. De lo contrario tendremos que esperar hasta bien entrado el año 2014 para verlo de nuevo en horas cómodas de la noche.

La localización del planeta es muy fácil porque durante estas semanas es el astro más brillante que se puede ver a simple vista hacia el suroeste, un poco después de la puesta del Sol. Sin ayuda óptica pasa por ser una estrella más del cielo nocturno, brillante y amarillenta y sin el parpadeo típico de las estrellas del firmamento. En cambio, observado por medio de un pequeño telescopio, podremos maravillarnos ante la visión de su fantástico sistema de anillos.